Son conocidos los
beneficios que aporta la música y que repercuten tanto en los
estados de ánimo como en el bienestar de las sociedades que la utilizan (Juslin y
Sloboda, 2001). Este aspecto se hace patente en la sensibilidad innata hacia la
música que demuestran los seres humanos, desde edades tempranas comprobamos
como los bebés reaccionan de forma positiva hacia sonidos consonantes y de
forma negativa hacia sonidos disonantes (Peretz y Zatorre, 2003; Marwick,
2000).
La música cuenta con una serie de componentes inherentes a ella que van a permitir desarrollar entre otros aspectos de índole
atencional, emocional, cognitivo, conductual y comunicativa (Hillecke, Níkel y
Bolay, 2005), que van mejoran la calidad de vida, y que son aspectos básicos
de la educación integral de las personas.
En estos últimos años su
práctica se ha “oficializado”, tal y
como sugiere Camacho (2006), países como Alemania, Australia,
Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, Chile, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia,
Gran Bretaña, Holanda, Noruega, Finlandia o Portugal ofrecen estudios de grado
en dicha especialidad, y se aplica en campos de la salud como son la
enfermería, la psicología, la psiquiatría, fisioterapia o trabajo ocupacional,
entre otras especialidades. Su campo de acción es amplio y sus técnicas se
pueden aplicar a personas con dificultades psicopatológicas, adicciones,
psicomotoras, cognitivas, emocionales o conductuales (Lacarcel, 1990).
La Asociación Americana de
Musicoterapia (1995) define la musicoterapia como: “el uso de la música en la consecución
de objetivos terapéuticos: la restauración, el mantenimiento y el
acrecentamiento de la salud tanto física como mental”, mostrando los beneficios
que reporta a la salud. Son diversos los estudios que han contrastados sus
beneficios en trastornos psiquiátricos y trastornos de aprendizaje (Hanser,
2005), bebés prematuros (Standley, 2001), personas con necesidades educativas
especiales (Ruiz, 2005), niños con autismo (Bonnel et al., 2003;
Mottron, Peretz y Menard, 2000), mejoran
la ansiedad en pacientes de oncología, (Trallero Flix y
Vallejo, 2008), o estrés (Gómez Sancho, 1998).
Como sugiere Rodríguez,
(2005), podemos encontrar principalmente cinco formas de realizar las sesiones
de musicoterapia, pasiva (la
persona escucha la música como terapia), activa, (el sujeto participa activamente realizando música o
danza), mixta (se usan las dos
anteriores), receptiva (se induce a que
el sujeto se deje llevar por la música), creativa, (se anima a que la persona
improvise sobre la música).
Los beneficios de la música en la salud de las personas son evidentes,
pues son muchas las personas con enfermedades mentales, discapacidad o
cualquier otra necesidad que se benefician de su práctica. Por ello mismo son diversas las actividades que desde el ámbito educativo se puede desarrollar para el desarrollo del alumnado que presenta necesidades educativas especiales.
A continuación propongo una serie de actividades las cuales pueden ser incorporadas al aula de apoyo a la integración y/o al aula de Audición y Lenguaje con el objeto de dinamizar las sesiones y ofrecer actividades lúdicas que faciliten el desarrollo cognitivo, lingüístico y psicomotor.
Se propone primero una actividad de presentación, nos sentamos todos en círculo,
de tal forma que nos veamos las caras, en primer lugar se presenta el docente con la pandereta, dando tanto golpes como
sílabas tiene su nombre y se dice el nombre en voz alta, por
ejemplo:
Ramón: Se dan dos golpes RA-MON, y se dice en voz
alta cada una de las sílabas
Sergio: SER-GIO
Así uno a uno se van presentando cada uno de los participantes de la actividad, seguidamente haremos otra ronda de presentación pero en este caso utilizaremos un pequeño xilófono, utilizando las notas musicales DO y MI podremos decir todos los nombres.
Sergio: SER-GIO
Así uno a uno se van presentando cada uno de los participantes de la actividad, seguidamente haremos otra ronda de presentación pero en este caso utilizaremos un pequeño xilófono, utilizando las notas musicales DO y MI podremos decir todos los nombres.
La nota Do corresponde con la sílaba Ra y la nota Mi
con la sílaba mon.
Las canciones también son un recurso muy utilizado, con la canción "Debajo de un botón" también podremos trabajar con nuestro alumnado. Utilizando instrumentos de percusión o láminas de xilófono independientes podremos acompañar los golpes de esta canción.
En esta partitura encontramos con las sílabas ton-ton-ton y tin-tin-tin se corresponden con diferentes notas musicales las cuales se repiten, por este motivo podemos trabajar en primer lugar esta canción dando golpes con las palmas en las rodillas (ton-ton-ton) y chocando las palmas (tin-tin-tin). Posteriormente podemos introducir instrumentos de percusión y finalmente el xilófono con el orden de notas Sol-Sol-Mi-Do tal y como corresponde con las notas de la canción.
Cuando trabajamos con alumnado con TEA podemos acompañar la canción de pictogramas con el objeto de trabajar conceptos. En la imagen aparecen los conceptos básicos que se trabajan en las primeras sesiones.
El uso de la música permite expresar emociones y sentimientos de
una forma creativa e imaginativa, así como utilizarlas como fuentes de diversión
y ocio (Sarramona, 2004). Desde una
perspectiva del desarrollo y de acuerdo con Poch (1999), la música proporciona
una formación integral al ser humano en el ámbito cognitivo (mejora el razonamiento
inductivo y analógico, desarrolla el lenguaje hablado-escrito y la memoria y de
la atención sostenida) en el ámbito psicomotor (Mejora el control de los
movimientos en general y la psicomotricidad fina, el equilibrio, el control del
cuerpo y la respiración); y en el
ámbito socio-afectivo (mejora el autoconcepto, favorece la perseverancia,
desarrolla la expresión de emociones y sentimientos).
Para finalizar la sesión recomiendo utilizar la escala pentatónica de Do Mayor mientras el docente toca al piano o la guitarra diferentes acordes de la dicha tonalidad para trabajar la improvisación y la expresión de emociones a partir de la música.
Los
profesionales de la música que nos dedicamos a la educación, en
cualquiera de sus ámbitos, nos vemos en la obligación de “empoderar” a la
disciplina y otorgarle la importancia que tiene como herramienta para la
expresión de sentimientos, para la promoción de la salud y para la educación
integral de las personas.
Bibliografía
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I., y Zatorre, R.J. (2003). The cognitive
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Trallero
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musicales para cuidadores. Bilbao, España: Desclee de Brouwer
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