viernes, 4 de mayo de 2012

Musicoterapia y Atención Temprana aplicada a la discapacidad

 Se suele decir que la música comienza donde se acaba el lenguaje, pero, ¿Qué hacer cuando no encontramos comunicación oral?, por ello vamos a utilizar la música como medio de comunicación para mejorar la expresión

Hemos de tener en cuenta que cada niño es distinto aun mostrando un mismo sindrome o necesidad especifica de apoyo educativo, es por ello que las intervenciones han de ser específicas y personales,  partiendo de las actividades, preferencias musicales e instrumentales del niño. 

Los beneficios de la Atención Temprana y de la Musicoterapia se aunan para ofrecer lo mejor de cada una de ellas.

A través de masajes con pelotas de tenis y con las manos para mejorar el tono en caso de hipotonía o hipertonía que podemos encontrar en el caso del Síndrome de Prader Willi o la parálisis cerebral, asimismo a través de actividades de danza y percusión mejoraremos la hipotonía o a través de una música relajante mejoraremos el tono y la espasticidad que encontramos en las personas que padecen parálisis cerebral.

A través de la música mejoraremos la comunicación con las personas autistas, la música es el lenguaje más universal que existe, el lenguaje oral posee melodía y ritmo al igual que la música, instrumentos como el xilófono o el piano nos ayudarán a acercarnos al lenguaje oral. Asimismo a través de la danza exploraremos el lenguaje corporal.


“Todas las personas son como el resto de personas, como algunas personas y como ninguna persona”.
Speight

Además la musicoterapia tiene efectos terapéuticos, a continuación se señalan algunos de los más destacados, según Agudo (2003).

Posee efectos psico-emocionales, ya que la música puede despertar, evocar, fortalecer y desarrollar cualquier emoción o sentimiento humano, así como puede provocar efectos sedantes, estimulantes, enervantes, etc. y nos puede ayudar a identificar y reconocer nuestros sentimientos y facilitar su expresión.

Asimismo, produce efectos cognitivos-intelectuales, como el desarrollo de la capacidad de atención sostenida, la facilitación del aprendizaje, el desarrollo del sentido del orden y del análisis, la ejercitación de los procesos de razonamiento, el desarrollo de la memoria, el desarrollo de las relaciones témporo-espaciales, el inicio a los procesos de relajación, reflexión y meditación, el estímulo de la imaginación y la capacidad creadora.

Por otro lado, tiene efectos sociales, ya que la música es un agente socializador, facilita el diálogo, favoreciendo las relaciones sociales y el sentimiento de pertenencia a un grupo.

Por último, puede provocar sentimientos espirituales, al sugerir o evocar sentimientos religiosos, el sentimiento de lo sublime, de lo que trasciende al hombre. Invita a la reflexión y a crear ambiente para la meditación.

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